Zona de Confort …

Este es un concepto que muchas veces escuchamos y hasta estamos familiarizado con el. Pero qué sucede ¿cuando ya estamos enfrentándonos a esta realidad?

y ¿como darle un giro a esto?

Esto es algo que nadie nos explica y no hay una clase llamada “Ya estás ahí” que nos la muestre; Bien para esto podemos deducir que no hay respuesta exacta.

Soy de las que piensa y cree de forma fiel que siempre hay una respuesta para todo, pero en este caso siempre existen excepciones para este descubrimiento en marcado con “estamos en la zona de confort”.

Lo primero que en mi opinión es darnos cuenta de que estamos ahí para poder parar un momento y analizarlo todo: desde el somos lo que planeamos hasta el ¿Yo elegí estar en esta posición?

Después viene algo que denominamos de forma común como: “Movernos” y aunque esto suene muy descabellado no es más que la convergencia de todo lo que ya analizamos al darnos cuenta de que estamos en ella. Dicho de forma simple:

No requerimos grandes cambios de momento si lo prefieres ver así; pero de lo que sí requerimos es de:

Requisitos

Tener objetivos claros

Cambiar hábitos(1 o 3) para un comienzo suave…

Ser constantes(siempre)

Llevar un registro de los cambios(como mínimo de forma mental)

SER FELIZ CON ESTOS CAMBIOS

No es necesario cambiar nuestro empleo de forma radical, algunos les funciona (no es una regla); con los cambios que elijamos será un buen comienzo, lo importante es no sentirnos mal con los cambios que elijamos porque por lo contrario son de gran beneficio y nos aportan felicidad si realmente los elegimos de forma que nos brinden muy buenos ratos al planearlos y llevarlos acabo.

Lo siguiente es ser constantes con ello, ya sea si nos propusimos tener una cafetería nueva cada 2 semana y probar sus ricas bebidas o si queremos decorar nuestra habitación. Y con esto ya estaremos moviéndonos hacia un nuevo comienzo.

De aquí en adelante todo es cosa de siempre hacer lo que te presente felicida sin estrés y con la firme convicción de que con ello no dañas.